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LA CITTÀ PIÚ BELLA DEL MONDO E DOPP'’E CUNFIETTE VÈNENO ’E DIFIETTE (NAPOLI, ITALIA).

LA CIUDAD MÁS BELLA DEL MUNDO Y DESPUÉS DEL CONFETI VIENEN LOS DEFECTOS. (NÁPOLES, ITALIA)



“Napoli per me non è la città di Napoli

ma solo una componente dell'animo umano

che so di poter trovare in tutte le persone,

siano esse napoletane o no.”


LUCIANO DE CRESCENZO



Nápoles (Napoli) es una ciudad increíble, llena de historia, tradiciones, cultura y por supuesto una gastronomía famosa en todo el mundo, lugar en donde nació la amada por todos, Pizza. Pero Napoli es mucho más que eso, es una ciudad con mucha vida, en algunos puntos tiene una gran semejanza con las capitales de Latinoamérica, ricas en tantas cosas, llenas de contradicciones y ciudades que nunca duermen. Para quienes viene de lugares tranquilos, resulta un lugar fascinante, imposible de conocer por completo en unos cuantos días. Y para quienes vienen de ciudades grandes, resulta cómo estar en casa. Mercados, Iglesias, Calles llenas de gente, contrastes sociales. Una ciudad con demasiado que contar.


 

Las calles de Napoli

 


DOPP'’E CUNFIETTE VÈNENO ’E DIFIETTE

(DESPUÉS DEL CONFETI VIENEN LOS DEFECTOS)



Si no fuera por el cuchillo que tengo clavado en la garganta, podría estar nadando en este preciso momento en la piscina de mi propia sangre, pero lamentablemente no siento las piernas y comienzo a ver todo con más luz de la que había minutos antes de entrar al baño de este bar de mala muerte. Aunque más que mala, será ridícula.


Apenas hace dos meses conocí a Yaeri, una cubana que me volvió loco a los pocos segundos, tuvimos un romance muy apasionado e intenso, ella acababa de llegar al país y yo siempre estaba viajando, por lo que había tenido poco tiempo para conocer nuevas personas. Un mes después, ya nos estábamos casando, como se podrán dar cuenta, me gusta pisar el acelerador a fondo en las curvas. Nuestra boda fue un exceso de comida, alcohol y drogas, fue ahí en donde conocí al primo Humberto, un tipo muy simpático, inmediatamente tuvimos química, el mismo día de mi boda seguimos bebiendo y cantando hasta que no quedaba ni un solo invitado. Yaeri, mi amada esposa, durmió a las 4, también se le habían pasado las copas.


Ya que Yaeri era tan cercana a su primo y yo había ya creado una amistad con Humberto. No me fue difícil aceptar que se nos uniera a nuestro viaje de bodas, así seguramente sería más divertido todo, con su alegría y sus ocurrencias, seguro que no pasaríamos ni un mal momento. Igual para mí no sería un gran gasto, digamos que mi trabajo como empresario me permite darme lujos de todo tipo.


Ahora que lo estoy pensando… aquel día que salí de bañarme, ellos parecían un poco agitados, la sangre se les había subido al rostro, como si estuviesen enojados, pero Humberto inmediatamente hizo uno de sus grandes chistes, lo cual me hizo creer que todo estaba bien. Bueno y también ese otro día en el restaurante, como no podía pagar con tarjeta en la mesa, fui a la caja, pero en el reflejo del mostrador alcancé a ver nuestra mesa, se veía cómo Humberto tomaba a Yaeri fuertemente por el brazo, mientras le decía algo al oido, ella puso resistencia y se apartó. Cuando volví a la mesa los dos estaban riendo, por lo que supuse que no había pasado nada, aparte no me iba a poner a crearme historias de lo que se habían dicho. Bueno pensándolo bien si hubo algunas cosas extrañas, pero seguramente que ahora ya no sirve de mucho caer en cuenta de las cosas.


Hoy fuimos al bar del Hotel, Yaeri dijo que le dolía la cabeza, se notaba también un poco aburrida. Se fue a la habitación y yo me quedé con Humberto a tomar un par de copas, después me dijo que el mesero le había recomendado un bar cercano, y que la pasaríamos muy bien. Y bueno después de unas copas, no veía un motivo para no ir, seguro que ustedes tampoco, al final estaba festejando mi matrimonio, ¿no?. Así dejábamos descansar a Yaeri.


Tomamos toda la noche, bailamos con un par de chicas que Humberto conoció en la mesa que estaba cerca a la nuestra. Hace 5 minutos me levanté para ir al baño, Humberto me dijo que él también iba, guiñandome el ojo, cuando llegó traía una bolsita con polvo blanco. Era mi festejo de bodas, así que manos a la obra dije. Cuando estábamos en los lavabos del baño, ambos vimos por el reflejo del espejo entrar a Yaeri, yo la saludé y Humberto se quedó pálido, Al ver el cuchillo en su mano yo tomé el mismo color. Ni tiempo tuvimos de reaccionar Humberto ya estaba en el piso, y yo con el cuchillo en la garganta. Ahora estoy aquí en el baño, reflexionando que pude haber hecho mal, supongo que las discusiones entre Yaeri e Humberto eran para que Yaeri no lo hiciera… Jamás lo sabré.


 

Iglesias y Museos.


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